Intuitivo con el material de trabajo, Roselius quiso completar una acusación del mercado y comenzó a probar con las semillas verdes sin quemar, los recalentó con humo y posteriormente los lleno de benzol, un solvente muy resistente. El milagro se realizó: logro sacar la cafeína casi todo (este día, las conexiones de todo el mundo señalan que, para disfrutar de su derecho a ser llamado como “cafe descafeinado”, la semilla no debe tener más de 0,1% de cafeína). Con mucha habilidad en los comercios como en la sala de experimentos, el Mengele del café creo su propia empresa de nombre Kaffee Hag, que tiene origen en uno de sus experimentos químicos y que se hizo famosa en medio de todos los infantes por sus libros de figuras con emblemas heráldicos y en medio de los enormes por sus juramentos de un líquido sin temblores ni insomnios. La creación cruzó el humo el mar Atlántico y en Norte América apareció la empresa Dekafa, fundada por los laboratorios Merck y, posteriormente, Sanka, que se transformó casi en un medicamento de baja calidad en sus embaces anaranjados: aun el día de hoy, ese color es un símbolo visual para el café sin cafeína y, en los vehículos aéreos de muchas empresas de viajes, el envase caliente con tapa naranja es el cual dentro tiene la bebida despojada de su materia más importante, un juramento de sueño sin temblores para el pasajero con miedo a volar. Harto de los medicamentos, el señor que inventa enfermedades niega muchas veces que las consecuencias del componente “cafeína” en sus sistemas pero ingiere tontamente materiales para solventar y otros componentes: para comienzos del siglo XX, otro señor proveniente de Alemania de nombre Robert Hübner invento su Hübner Health Coffee con un procedimiento que requería solamente líquidos, en vez de materiales para rebajar otros, y para sacar la cafeína. Este día, los organismos de la bebida descafeinada son herederos de las invenciones de Roselius, con materiales tóxicos o con liquidas. “El comienzo general trata en remojar las semillas en liquidas, sacar la cafeína con un material natural o por substraer sobre madera prendida, y al final otra vez a empapar las semillas en el agua empobrecido en cafeína para que vuelvan a absorber los demás componentes”, dice un profesional: “El material para rebajar (usualmente se usa acetato de etilo) no se hace contacto con las semillas sino con los liquidas, pero actualmente las marcas de café gourmet únicamente se hace el café descafeinado con liquidas, sin el trabajo de solventes ni materiales tóxicos”. Una parábola de las maquinas de cafe con un doble sentido de la historia: si el componente fue demandado de ponzoñosa durante quinientos años por ser un alcaloide natural, en el trámite por acabarla se ocuparon químicos como el tricloroetileno, el dicloroetileno o el cloruro de metileno, que lograran completar la sangre de solventes pero quitar el peligro mortal de ingerir cien tazas en 24 horas. meses posteriores del excelente medico Marcus Welby, toda la vida amable en la serie, al regresar de anuncios publicitarios, el animador televisivo David Letterman observa fijamente a la cámara de su late espectáculo y, con el recipiente de café en una mano, saco de su boca todo el café: “detesto el café sin cafeína. Es agua sucia”. Sardónico y emocionado, el consumidor veterano insiste en que, además de la cafeína, en el procedimiento de pasteurización se evaporan los olores y los sabores que transforman en el pocillo en una embajada de Colombia o Kenia en 30 mililitros. Si un lugar común de no mentir, en su ostentación de virtud, pone en boca del político pensando en ser culpable o del empresario dudoso que “ayuda la cabeza sobre la almohada y duermo tranquilo” Portte maquina de cafe barras de cafe y servicio de coffee break
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