Una vez que los etíopes habían descubierto el café conforme a las leyendas que giran en torno a él, era mera cuestión de tiempo que se extendiera mediante el comercio que se tenía con los árabes a través del mar rojo. Es muy posible que cuando los etíopes invadieron y dominaron Yemen durante aproximadamente 15 años en el siglo XVI, ellos deliberadamente establecieron plantaciones de café.
Los árabes comenzaron por cuenta propia el cultivo del árbol de café en las montañas crecanas y lo llamaban “qahwa” una palabra árabe que significa vino. De hecho el nombre de café proviene directamente de este vocablo. Sin embargo hay quienes afirman que el nombre de cafñe proviene en realidad de la región de Kaffa en Etiopía, otros que bien de la palabra árabe “quwwa, que significa poder y otros más que proviene de Kaffa, una bebida hecha a partir de la planta de khat.
Al inicio los monjes árabes adoptaron el café como una bebida que les permitiera, gracias a sus propiedades poder mantenerse despiertos para los servicios y oraciones nocturnas de manera más fácil, porque era común que el sueño les ganara constantemente.
A pesar de que el café era considerado más una medicina o una ayuda para deberes religiosos, no pasó mucho tiempo antes de que se convirtiera en una bebida de consumo diario y popular.
La gente rica tenían un salón especial para beber café exclusivamente, para todos aquello que no tenían esos recursos las cafeterías y barras de café cobraron mucha importancia y popularidad, se conocían como “kaveh kanes”.
Los peregrinos musulmanes para fines del siglo quince habían introducido el café por todo el mundo islámico en Persia, Egipto, Turquía y el Norte de África logrando hacer un verdadero sistema de comercio muy lucrativos de la tan popular bebida.
Al tiempo que el café lograba incrementar su popularidad durante el siglo XVI también se iba gestando cierta reputación de ser una bebida problemática, por decirlo de alguna manera. Por alguna razón los líderes de opinión y dirigentes tanto religiosos como políticos decidieron que la gente estaba teniendo demasiada diversión en las barras de café y las cafeterías, en algunos textos se hace referencia a que en esos lugares se daban ciertas conductas que involucraban apostar o hasta llegar a controversiales comportamientos sexuales.
Un hecho importante fue que “Khair Beg” el gobernador de la Mecca en esa época descubrió que estaban circulando ciertos versos satíricos que provenían precisamente de las barras de café, por lo que determinó que el café, así como el vino debían ser prohibidos por el Corán, e hizo que sus consejeros religiosos, legales y de salud estuvieran de acuerdo. Por tanto, las cafeterías fueron prohibidas y cerradas por completo.
La prohibición solo duró hasta que el sultán del Cairo se enterara de la prohibición, que de hecho era un asiduo al café, para que el veto fuera levantado. A pesar de esto había nacido un movimiento anti café en los años 1500, de tal manera que el café habría de enfrentarse a un sinnúmero de obstáculos para alcanzar la popularidad de la que hoy goza.
Síguenos