La apariencia del fruto del cafeto, es decir el café de las máquinas de café, tenía tanto parecido visual con los órganos reproductores femeninos que genero otro monopolio sexual, que coinciden con algunas investigaciones que elaboro el antropólogo Lambert Bartel, en ese entonces las personas voluntarias para hacer este descubrimiento tenían que durar un día sin tener relaciones sexuales “publico Stewart Lee Allen en la cafetería o la barra de cafe “la taza del demonio”: “Un hombre anciano oromo le comento a Bartel que ellos compraban una grieta que les daba un fácil acceso asía tener una relación sexual hasta el día de su boda sin tener que forzar a una mujer a separar sus piernas para tener acceso a su vagina”.
En medio de ese parecido entre el fruto del café y el genital de la mujer está situada la desconfianza del género femenino en los lugares religiosos donde se ingirió esta bebida, no aguantaron esta rivalidad. “la constante inconformidad de las mujeres pidiendo a la iglesia que impusiera algo para que los hombres no tomaran en excesos, su principal prueba era que la gran parte de la población masculina y adulta de ese entonces su jornada laboral se dividía en dos, en la mañana y en la tarde, en las mañanas en las tabernas tomando solo alcohol y en las tardes yendo a las cafeterías a tomar café para estar sobrios de nuevo” dijo Mark Pendergrast en la cafetería llamada “el café”, historia de cómo el fruto del café hizo un mundo diferente para bien y para mal: “después regresan a el bar cojeando y mareados para poder volver a tomar otra taza de café y asi lograr el estado de salud con el que amanecieron”. La historia de un cigarro para el folclore del matrimonio que desde entonces viene dándole luz a muchas sociedades en los periódicos e incluso a dado origen a varios chistes que el tema principal es un marido que suele llegar por la noche borracho a su casa y su esposa lo está esperando en la entrada con un palo. Esas mujeres que exigían mucho nunca pudieron adivinar que tres siglos después, después de hacer millones de investigaciones se supiera que el café es una bebida que estimula el lubrico, muy parecida a la que hizo el colegio de Southwesrern en los Estados Unidos donde al día siguiente de su descubrimiento ya estaba anunciado en todos los periódicos del país y luego en todos los del mundo, que informaban que el consumo del café en los servicios de coffee break hace reaccionar algunas partes del cerebro que entre ellas está la excitación sexual, de todas maneras esta acción que produce en café solo es provocada en mujeres que lo tomen en una ración moderada: “la atracción al sexo en una mujer es igual a la cantidad de cafeína que produzca al día”.
Que la adicción se haga una fortaleza al consumidor: para la mayoría de los encuestadores que han realizado encuestas acerca de las drogas todavía no logran decir cuál es la droga preferida para los adictos menos las aptitudes amatorias de las personas que lo consumen, para pocos doctores podría hacerse muy amplia al café la misma regla de moderación que se le realizo al alcohol antes de la consumación del acto: “estimula en una muy pequeña cantidad y atrae a la tristeza de una manera impresionante”. En el libro titulado Secretos sexuales, la alquimia del éxtasis: y el arte amatorio a las culturas más ricas en muchos sentidos, una prueba escrita del volumen sobre sexo y misticismo, los investigadores Nick Douglas y Penny Slinger actualizan la doctrinas de las semejanzas, para asegurarse que “los químicos que se parecen a órganos del sistema reproductor
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