Walter Rummsey solía ser un gran juez que todo lo que tuviera que ver con la humanidad la agradaba, por lo cual creo un libro titulado Experimentos con el servicio de café, en donde en un capitulo cuenta que el café puede quitar la adicción al alcohol. Aunque su libro llevara en el titulo la palabra Experimentos el al escribirlo solo publico máquinas de cafe sus opiniones pero no experimento nada acerca de si en verdad quitaba el alcoholismo, ¿Por qué puso eso? Debido a que a él no le parecía que todo el mundo estuviere ebrios de sol a sol, aunque unos años después de que murió se realizó esta prueba y efectivamente si era posible. Después de esto llego un científico del cual se desconoce su nombre y afirmo algo que hoy en día se conoce perfectamente, que era que el hecho de tomar café no te hace dejar de ser adicto, simplemente te ayuda a mantenerte despierto pero igual de ebrio que antes. Estoy meditando máquinas de cafe todo esto con un gran dolor punzante que me mata adentro de mi cabeza, sigue sin desaparecer el dolor en mis riñones y apenas acabo de despertar de una cruda histórica como la de Bukowski. Tengo un cuaderno con innumerables manchas de cerveza derramada en el que anoto mis ideas sobre mi fracaso como periodista maldito y me veo en mi propia mente con cara de simio y con unas uñas enormes saliendo de mis dedos, pero las infinitas ganas de ser notado se me pasa rápido: para la hora de la comida ya se me paso el efecto de la cruda, paro si tengo una pisca de prudencia, es en este entonces cuando tengo ganas de acompañar con unos fideos acompañado de una cerveza junto a Martín Lutero y a los monjes capuchino.
Con la autoridad incuestionable que de la lengua del latín, la autoridad de roma Francesco Maria Brancaccio, dijo la sentencia frente a las autoridades religiosas y con tan solo pronunciar cuatro palabras logro destruir el sueño de muchos católicos: “el líquido no desvanece el hambre de la mañana”. A la mitad del siglo XVII, el grano del café estaba en su viaje para establecerse en el continente americano, en lo que la semilla del café todo lo contrario, estaba en su camino asía atrás regresando a ser muy escasa en el mundo hasta estar solo en algunos plantíos de cacao de Europa. Obviamente entre toda la sociedad corría la curiosidad: los más apasionados y los masque mas avían acerca de los conservadores del chocolate y del café, pero de por sí, antes estas dos sustancias estaban prohibidas y por supuesto totalmente en contra del ayuno de los sacerdotes. Como el ensayo lo dice “sic” que significa Question moral si el chocolate quebranta el hambruna mañanera eclestica, esto fue publicado en España en el siglo XVII por el prometedor Antonio de León y con problemas verbales contra los conclaves, de las grandes barras de cafe autoridades sacerdotales, este gran monopolio no se resolvió hasta que el cardenal tuvo que hablar acerca del asunto para poder solucionar los disturbios en su población. El monopolio no era de lo más esperado de parte de ellos, el café y el chocolate son estimulantes naturales que dan un gran golpe de energía natural al cuerpo por lo que no causa un gran daño a la salud, pero aunque fuera muy poca la consecuencia del café y del chocolate la iglesia no admitía que esos alimento los consumiera la gente cuando estaban en vigilia del coffee break. ¿Pero que acaso existía algún tipo de antidoping? Pues efectivamente en el año 1785, un escritor llamado Benjamin Moseley escribió un libro acerca de eso. Brindarmos servicios de café maqunas de café barra de café y servicios de coffee break.
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