El Tontine Coffee House, uno de los cafés en Nueva York más famosos, ocupó un lugar destacado en la historia de la ciudad. Fundado en 1791 por un grupo de 150 comerciantes, el Tontine Coffee House buscaba ofrecer un amplio y acogedor espacio para llevar a cabo sus actividades comerciales. El concepto del Tontine se inspiró en un plan introducido en Francia por Lorenzo Tonti en 1653, con algunas adaptaciones. Según el plan del Tontine de Nueva York, las participaciones de los miembros se transferían automáticamente a los accionistas sobrevivientes dentro de la asociación, en lugar de pasar a sus herederos.
Los directores del café adquirieron una casa y un terreno en la esquina de Wall Street y Water Street, donde solía estar ubicado el antiguo Merchants Coffee House. Se compraron lotes adicionales adyacentes para expandir las instalaciones. La colocación de la primera piedra del nuevo café tuvo lugar el 5 de junio de 1792, y exactamente un año después se celebró un gran banquete para conmemorar la finalización del edificio. John Hyde se convirtió en el primer propietario del Tontine Coffee House, cuya construcción había costado una suma considerable de 43.000 dólares.
Un relato de primera mano de un visitante inglés en 1794 describe el Tontine Coffee House como un hermoso y espacioso edificio de ladrillo. Al ingresar, los visitantes subían varios escalones bajo un pórtico y llegaban a una amplia sala pública que servía como Bolsa de Valores de Nueva York. En esta sala se llevaban a cabo todas las transacciones comerciales, con dos libros similares a los de Lloyd’s de Londres que registraban las llegadas y salidas de los barcos. El Tontine Coffee House era administrado por el Sr. Hyde, un antiguo tejedor de lana de Londres. Los visitantes tenían la opción de quedarse a cenar en una mesa comunal, pagando diez chelines al día en moneda local, ya sea que eligieran cenar dentro del establecimiento o en otro lugar.
En 1817, el Tontine Coffee House se convirtió en la sede del mercado de valores, que finalmente evolucionó para convertirse en la Junta de Bolsa de Nueva York. Sin embargo, en 1834, se otorgó permiso por parte del Tribunal de Cancillería para alquilar las instalaciones con fines comerciales generales debido a la competencia del cercano Merchants Exchange. Este cambio marcó el final de la era de los cafés en Nueva York, ya que surgieron bolsas de valores, edificios de oficinas, clubes, restaurantes y hoteles para satisfacer las cambiantes necesidades de la ciudad.
Aunque el Tontine Coffee House puede no haber desempeñado un papel tan importante en los eventos históricos como su vecino, el Merchants Coffee House, se convirtió en un destino popular para visitantes de todo el país. Se dice que muchos líderes nacionales y distinguidos visitantes extranjeros se reunieron en la amplia sala del antiguo café en algún momento de sus carreras. Es importante destacar que fue en las paredes del Tontine CoffeeHouse donde se publicaron boletines sobre la lucha por la vida de Alexander Hamilton después de su fatal duelo con Aaron Burr.
Con el tiempo, el Tontine Coffee House original experimentó transformaciones. Alrededor de 1850, se construyó un nuevo edificio de cinco pisos, con un costo de alrededor de 60.000 dólares. Sin embargo, para entonces había perdido sus características tradicionales de café. Hoy en día, en el sitio se encuentra un moderno edificio de oficinas que todavía lleva el nombre de Tontine.
El Tontine Coffee House es un testimonio de la vibrante cultura de los cafés en Nueva York, que finalmente cedió su lugar ante un paisaje urbano en constante cambio. Sin embargo, su legado como centro de negocios, socialización y reuniones históricas sigue siendo una parte intrigante del pasado de la ciudad.
Las Casas de Café de la Antigua Filadelfia
El primer café de Filadelfia, conocido como Ye Coffee House, abrió alrededor de 1700. Junto a los dos famosos cafés londinenses y el City Tavern, también conocido como Merchants Coffee House, dominaron la vida social, política y comercial de la Ciudad Cuáquera en el siglo XVIII.
Se atribuye a William Penn la introducción del café en la colonia Cuáquera que fundó en el Delaware en 1682. También trajo a la «ciudad del amor fraternal» esa otra gran bebida de hermandad humana, el té. Al principio, en 1700, tanto el café de las máquinas de café como el té eran bebidas exclusivas para los pudientes y se consumían en pequeños sorbos. Sin embargo, con el tiempo, el café ganó popularidad, especialmente después del boicot al té y los impuestos británicos que llevaron a una mayor demanda de café en lugar de té.
Los cafés de la Filadelfia temprana ocupan un lugar destacado en la historia de la ciudad y de la república. Además de su distintiva arquitectura colonial, estas casas también tenían asociaciones románticas. Muchas reformas cívicas, sociológicas e industriales tuvieron su origen en las salas principales de techos bajos y pisos de arena de los primeros cafés de la ciudad.
Ye Coffee House fue el primer establecimiento público en abrir en Filadelfia alrededor de 1683 o 1684, aunque los registros coloniales no son claros al respecto. Como su nombre indica, era una taberna. El primer café surgió alrededor de 1700. El café costaba mucho y no estaba disponible para el público en general en ese momento. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, se volvió más asequible y ganó popularidad entre la gente de Filadelfia.
La ciudad de Filadelfia tuvo varios cafés destacados a lo largo de su historia. El Ye Coffee House, los dos cafés londinenses y el City Tavern (también conocido como Merchants Coffee House) dominaron sucesivamente la vida oficial y social de Filadelfia. Estos lugares eran puntos de encuentro habituales para los funcionarios municipales cuáqueros, los capitanes de barcos y los comerciantes que realizaban negocios públicos y privados. Conforme se acercaba la Revolución, estos cafés seconvirtieron en lugares de debate y discusión sobre la opresión británica y se convirtieron en puntos de encuentro para los colonos fervientes que buscaban la libertad.
Después de la Revolución, estos cafés continuaron siendo destinos populares para cenar, socializar y celebrar eventos sociales. Muchas figuras destacadas de la época, tanto nacionales como extranjeras, se reunieron en estas salas para discutir asuntos políticos y sociales. Además de su importancia como lugares de reunión, los cafés de Filadelfia también fueron el escenario de importantes reformas y cambios en la ciudad, que contribuyeron al crecimiento y desarrollo de la misma.
Aunque los cafés de Filadelfia no tienen el reconocimiento y la fama del Tontine Coffee House en Nueva York, desempeñaron un papel crucial en la historia de la ciudad y la república. Su legado perdura como testigo de una época en la que los cafés eran el centro de la vida social, política y comercial, y como símbolo de la importancia de estos espacios en la formación de la identidad y la cultura de la época.
En resumen, tanto el Tontine Coffee House, uno de los cafés Nueva York como los cafés de Filadelfia desempeñaron un papel significativo en la vida social y comercial de sus respectivas ciudades. Estos establecimientos fueron puntos de encuentro para los comerciantes, políticos y ciudadanos, y se convirtieron en escenarios importantes para la discusión de asuntos importantes y la toma de decisiones. A través de su arquitectura y su legado histórico, estos cafés nos ofrecen una ventana fascinante hacia el pasado y la rica cultura de la época.
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