Que al hacer girar una cuchara dibujaría una forma en espiral del cafe tenebrosa como la de la película Vértigo, un loop de obsesión, espero con ansias y aun certeza, tan enorme al café como al amor: en cinco minutos dejara de estar caliente. Si la vida es sueño, ¿el café de los insomnes podrá otorgarle un tiempo a nuestras noches de dormir tarde?
Hasta 1582, el papa Gregorio XIII puso el calendario que le da honor a su nombre, con su exacta división de los 12 meses, semanas, días, horas, minutos y segundos, los hombres organizaban su tiempo de trabajo según la salía el sol y aparecían las máquinas de cafe los astros: se cuenta que en todo el tiempo que duro la Edad Media nunca existió algún tipo de reloj exacto en Europa aunque pueblos viejos, como los de Egipto o China, habían creado algunos relojes de arena, de líquidos, unos aparatos bastante presentables pero no lo suficiente. Unos cuantos años después (más o menos: la exactitud no era una de las principales características de esa época), Galileo se dedicó a ver la uniformidad de los movimientos en el péndulo, que es 100 años después contribuiría a construir un sistema de relojería más exacto; para entonces, los relojes maquinas de cafe de la edad media solo funcionaba de una aguja que se movía cada quince minutos. Pero alrededor del año 1660, en Inglaterra comenzó a ocuparse la aguja se movía cada sesenta segundos , que según lo publicado en el diario Clock and Watches, modificada por el museo británico, aumentó quince veces la exactitud en la forma de medir del tiempo. Y cuando comenzó el año 1800, la gente de la realeza podía jactarse de poseer un propio reloj. Fue una de los mayores movimientos culturales a lo largo de la historia, aquella que llevo a cabo los horarios diarios y logro imponer un sistema de jornadas laborales. El minutero dio la oportunidad de la división productivista del día (ocho horas para descansar, ocho para el trabajar, ocho para dedicarlo a sus necesidades personales), hasta ese tiempo encargado por el no estar ordenad: un invento de los liberalismos asociados con la economía para imponer disciplina a la gente que labora.
“Por costumbre, los horarios de trabajo habían afectado tanto durante el día como durante los seis días de la semana: a las horas para hacer sus actividades personales del ‘lunes santo’ y también del martes lo seguía un trabajo frenético y grandes horas al termino de esos siete días de la semana”, narro el historiador Brian Harrison en el diario Drink and the Victorians barra de cafe que traducida al español significa “La bebida y los vencedores”, un trabajo puesto para que todo el mundo lo leyera dice que en el año 1971, estudia de qué manera afecta la industrialización en los hábitos de las bebidas de los británicos: “Los primeros trabajadores necesitaban inventar algún horario de trabajo continuo e inducir a sus trabajadores a entrar y salir de sus fábricas en un tiempo definido. La cantidad gastada en máquinas era bastante complicada de entender, muy completa y cara dio a la mano del trabajo exacto y continúa servicio de coffee break de los empleados un valor más alto que las ganas espasmódicas de su energía física. Una vez que surgió esa necesidad, los esquemas de bebida diarios se vieron obligados a cambiar”. Si en su corto tiempo de historia, el científico Stephen Hawking se pregunta “¿cuál es la lógica del tiempo?” o “¿hubo un comienzo o habrá una conclusión en el tiempo?”, el reloj paro en Europa para dar respuestas, normas y reglas al devenir errático de la naturaleza y se necesitó de un aliado fundamental en la tarea de despertar a la gente para que fueran a trabajar a la fábrica, años antes de la creación del radio-reloj…
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