El cafe de Pascal

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maquina cafe mapaY retomando el tema del café de Pascal resulta que, el café de Pascal se fue a la banca rota, tal vez por el estoicismo que se hacía notar sus adornos sobrios y sus extravagantes escuetos. Apenas en el año 1686 un siciliano de nombre Francesco Procopio dei Coltelli comprendió que tal vez solo en la capital de Francia pueda tener mayor importancia cómo ingerir el café que la acción de tomarlo (si es verdad que ninguna persona mejor que un provinciano para transformarse en un único dandi, en mi primera travesía a la capital de Francia adopto la gorra típica, los pantalones apretadas, los trajes de vestir y el aire arrogante de cualquier habitante de Francia arquetípico: en la terraza del Café Beaubourg, porque de esa forma la llaman, “terraza de máquinas de cafe”, pero para nosotros es solo una vereda, me acuesto encima de la silla de mimbre que ve hacia las aceras, como en el escenario de un teatro, observo y admiro a la gente joven que se mete y se sale del Centro Pompidou, paso las hojas rápidamente de Libération a pesar de que no entienda casi nada de lo que dice y, al fin, me siento atado de una relación sentimental que enamora a los varones de años atrás y de los años que vienen :en una de las etapas en las que suele estar la mente de la gente, la capital de Francia no acaba). Delante mismo de la Comédie-Française, el teatro más grande, el Café Procope alumbro y desconcertó con sus mesas de materiales exóticos y sus espejos biselados, con los señores con pelo falso y sucio y sus cortinas de telas difíciles de encontrar. La persona que sea que haya merecido una papel en un instructivo de Historia paso por allí (Rousseau o Diderot, Beaumarchais o Victor Hugo) e incluso en el único Napoleón agarro a una persona para que fuera su aliado más importante como sancho y don quijote, esa vez en la que, de cuando era muy pequeña de edad y con pocos recursos económicos, se vio obligado que dejar su gorro para asegurar de que regresaría para pagar su bebida. De la misma forma que ya había pasado en Inglaterra, la copia de un pueblo beoda a una consumidora de café autorizo la creación del nuevo pueblo del occidente ilustrado. La enfermedad del café acuerda que la mesa en la cual estuvo Voltaire funciono de altar hecho de una manera rápida para sus restos quemados, en un largo camino para llegar hasta el fondo del panteón, o que su bebida du matin ayudo a la persona que se despertaba a altas hora de la noche si no es que incluso en la madrugada, Benjamin Franklin en los borradores del primer edificio de Norte América. El Procope era el sitio para ser visualizados, donde la bebida no tenía tanta importancia como la facha: “Solo existen un par de casas que ningún habitante de Francia soporta”, dijo Madame de Sevigné, marquesa y socialité consumada: “Son la bebida del café y las liricas de Racine”. Practicaban en el poco dulce arte del café de oriente, algunos señores le ponían azúcar en los recipientes y, tiempo después, crearon el café de filtro, muy similar a como hoy en día lo vemos y lo conocemos. En vez de calentarlo encima de llamas en un envase pequeño de latón, de la manera en que realizaban las magias, colocaban el café triturado dentro de una pequeña bolsa de tela sobre la que colocaban el agua hirviendo. Y en unas ocasiones le ponían leche, causando que Madame de Sevigné definiera entonces al café au lait como “lo mejor del mundo”. El mejor servicio de cofre break y máquinas de cafe.

 

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