Posiblemente la cuna de la humanidad, la antigua tierra de Abisinia, ahora llamada Etiopía, es el lugar de nacimiento de café. No sabemos exactamente cuándo o por quién café fue descubierto.
De las varias leyendas, la más atractiva involucra cabras bailarinas.
Un Etiope un pastor llamado Kaldi, un poeta por naturaleza, amaba siguiendo los caminos errantes hechas por sus cabras
El trabajo requirió un poco de él, entonces él era libre de
componer canciones y tocar su pipa.
En el final de la tarde, cuando éste tocó una mala nota estridente sus cabras demarcaron de su navegación en el bosque que lo siguiera a casa.
Una tarde, sin embargo, las cabras no vinieron.
Kaldi tocó su pipa, ferozmente. Aún no hay cabras.
Perplejo, el muchacho subió más alto, escuchando por ellos.
Finalmente oyó balar en la distancia.
Corriendo por todas partes la esquina de un rastro estrecho,
Kaldi de repente encontró las cabras por casualidad.
Bajo el pabellón de selva tropical, que permitió al sol tamizar
las cabras.
fue corriendo, cabezazos entre sí, el baile
sobre sus patas traseras, y bailando con entusiasmo,
El chico estaba parado mirándolas asombrado.
Deben estar hechizadas, él pensó.
Mientras miraba, una cabra tras otro masticaba
las hojas verdes brillantes y las bayas rojas de un árbol que nunca había visto antes. Deben ser los árboles que tenían enloquecidas a las cabras. ¿Fue un veneno?
Todas Morirán? Su padre lo mataría!
Las cabras se negaron a volver a casa con él hasta
horas más tarde, pero no murieron. Al día siguiente,
corrió directamente a la misma arboleda y repitieron
lo mismo. Esta vez Kaldi decidió que era seguro para
que se uniera a ellas. Primero él masticó algunas hojas.
¡Estaban muy amargas!. Mientras las masticaba,
experimentó un cosquilleo lento, pasando de su
lengua hacia abajo en sus entrañas, Siguiente trató las bayas.
La fruta era ligeramente dulce, y las semillas que se salieron fueron
cubierto con un grueso pero sabroso mucílago.
Por último, masticado las semillas mismas.
Y apareció otra baya en la boca.
pronto, según la leyenda, Kaldi retozaba con sus cabras.
La poesía y la canción salieron a tope de él.
Él sintió que él nunca estaría cansado o malhumorado otra vez.
Kaldi le comentó a su padre sobre los árboles mágicos,
la palabra se extiende, y pronto el café se hizo una parte
incorporada de cultura etíope.
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